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DARUMA, EL AMULETO JAPONÉS DE LOS PROPÓSITOS


Don Mario Cortez junto a su esposa Nos sorprende con sus historias recorriendo Japón específicamente en Tokio en esa aventura adquiere su primer DARUMA.

Sorprendiéndonos en esta ocasion con una grata visita a nuestro local, nos regala el mismo Daruma que con tanto cariño y amor trajo desde japon, con ello también acompañado de buenas energias y fuerzas para los nuevos propósitos de Sumo Sushi.

Muchas Gracias,

El muñeco daruma (達磨) es uno de los amuletos japoneses más conocidos, un ‘muñeco de los propósitos’hecho a mano que nos ayuda a conseguir todo aquello que nos propongamos. Seguro que lo has visto en más de una ocasión tanto en directo como en series de televisión, manga o anime.

Podríamos considerarlo, pues, un amuleto muy ‘motivador’, ya que en vez de simplemente comprarlo y esperar que nos traiga suerte el daruma nos obliga, en cierta manera, a buscarnos nuestra ‘suerte’ para conseguir nuestro objetivo; nos motiva y nos da fuerzas para trabajar duro y conseguir nuestros propósitos

El propósito

Normalmente los japoneses regalan muñecos daruma para ofrecerle la oportunidad a alguien de conseguir y cumplir un propósito, por ejemplo en su cumpleaños, en Año Nuevo o ante un nuevo proyecto, aunque naturalmente también nos lo podemos auto-regalar en cualquier momento que queramos, porque siempre tenemos objetivos y propósitos que nos gustaría realizar.

Mira que hablamos de ‘propósitos’ y no tanto de ‘deseos’, ya que nuestro objetivo debería ser algo que podamos conseguir con trabajo y dedicación, algo medible, no algo imposible de alcanzar, como por ejemplo dejar de fumar, aprobar los estudios, ahorrar cierta cantidad de dinero para ir a Japón, buscar y encontrar un trabajo mejor, etc. Y es que realmente la filosofía detrás del daruma es que el éxito llega siempre que hayamos fijado un objetivo, siempre que hayamos decidido qué era importante y siempre que hayamos tenido determinación y perseverancia para luchar por ese objetivo. Rasgos todos ellos muy japoneses, por cierto.

Cuando hemos decidido nuestro propósito, debemos pintarle uno de los ojos y trabajar duro para conseguirlo, porque como hemos comentado, el daruma nos motiva y nos ayuda a conseguir nuestro objetivo, pero naturalmente tenemos que poner de nuestra parte para ello. Y cuando consigamos nuestro propósito, deberemos pintarle el otro ojo en señal de agradecimiento, momento en el que nos invadirá un sentimiento de satisfacción, de consecución, de trabajo bien hecho indescriptible.

Así pues, el daruma es una representación de aquel objetivo que nos hemos impuesto y un recordatorio, una motivación, para que no nos fallen las fuerzas durante el proceso.

Durante los últimos días del año y el comienzo del siguiente, los japoneses devuelven sus daruma al templo para quemarlos en una ceremonia ritual llamada Daruma Kuyo (だるま供養) y expresar así su gratitud por la ayuda prestada. Además, aprovechan la ocasión para comprar un nuevo daruma y trabajar en un nuevo propósito.

Simbolismo

Dice la leyenda que el monje Bodhidharma, fundador del budismo zen a cuya imagen y semejanza está diseñado el muñeco daruma no alcanzó la iluminación hasta 9 años después de meditar a solas en una cueva. Y después de tanto tiempo sin moverse, no sólo se le cayeron los brazos y piernas por atrofia, sino que el propio monje se arrancó los párpados para concentrarse mejor y evitar caer dormido.

Teniendo estas leyendas en mente, es fácil entender por qué el daruma tiene esa forma, pero además es interesante recalcar que todo el diseño del muñeco, su forma, su color, sus cavidades oculares blancas y su bello facial, tiene una simbología especial.

Hecho de papel maché con forma redondeada, el muñeco daruma nunca se cae por más que lo movamos, siempre recupera la posición. Esto simboliza la perseverancia, el esfuerzo y la consecución del objetivo impuesto, la habilidad para el éxito, para superar las adversidades y recuperarse de la mala suerte.

七転び八起き (nanakorobi yaoki) Si te caes siete veces, levántate ocho. Proverbio japonés

En cuanto a los círculos blancos que representan las cavidades oculares, lo cierto es que nos permiten centrarnos en un objetivo concreto y nos motivan y dan fuerzas para conseguirlo, porque cuando vemos al daruma con un solo ojo pintado, nos acordamos de nuestro objetivo y eso nos da fuerzas para seguir trabajando para conseguirlo.

Otra característica de los muñecos daruma es el pelo facial. Las cejas tienen forma de grulla mientras que el pelo de las mejillas se asemeja a un caparazón de tortuga. Ambos animales son símbolos de la longevidad en Japón, por lo que el bello facial simboliza la longevidad a la hora de alcanzar nuestro objetivo.

Finalmente, y aunque no se sabe del todo, el tradicional color rojo del daruma probablemente sea reflejo de las ropas que llevaba el monje durante su meditación. Hoy en día el rojo ha evolucionado hasta convertirse, además, en un color que previene las enfermedades (y si estamos sanos nos será más fácil conseguir nuestro objetivo).

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